La asamblea de los trabajadores rechazó
ayer el documento firmado por la patronal y los tres sindicatos
Las asambleas de trabajadores de las instalaciones deportivas públicas concesionadas tumbaron ayer el preacuerdo firmado por los representantes de la patronal y de los sindicatos CC.OO., CIG y UGT, que establecía, entre otros aspectos, la suspensión cautelar de la huelga indefinida convocada para mañana para poder seguir negociando el texto del primer convenio autonómico que unificaría por fin la regulación del sector. Las reuniones de A Coruña y Pontevedra se saldaron con un resultado global aplastante: 178 votos contra el documento y 99 a favor. Por tanto, la huelga comenzará mañana.
El presidente de la patronal, Asidega, Miguel Seisdedos, mostró su «absoluta decepción» con el resultado de las asambleas, una «sorpresa negativa» que hizo extensible a sus asociados. Seisdedos lamentó que «menos de 180 votos decidiesen el futuro de al menos 3.000 trabajadores», el número de los que estarían afectados por este convenio, en cuanto que también quedarían bajo su paraguas los empleados de los clubes deportivos y los gimnasios privados. Es más, Seisdedos puso en duda la legitimidad de las asambleas, ya que «la asistencia es incontrolable, y lo mismo vota un trabajador del sector que un agitador». De hecho, según relata, tiene noticia de que en los accesos «ya había gente gritando consignas a favor de la huelga indefinida». Él está convencido de que el sentir mayoritario del trabajador es positivo con respecto a los avances alcanzados «en una negociación que no había terminado y que queda gravemente dañada con esta decisión». Por supuesto, advierte Seisdedos, «la patronal no negocia bajo presión y a partir de ahora no se sabe qué va a pasar, pero el paro puede causar perjuicios irreparables a la actividad del sector». El presidente de la patronal considera decisivo en el resultado de la asamblea «la actitud reacia de determinados sectores de la CIG», que, sostiene, alentaron el conflicto, lo que no comprende, dice, «porque la central nacionalista también firmó el preacuerdo». Otra cosa, recalca, ha sido la «postura clara» de CC.?OO. y UGT.
Rocío Doce, de la federación de servizos de la CIG, considera clave dos factores para que se haya llegado a esta situación de rechazo: «Primeiro, a tomadura de pelo por parte da patronal cando presentou en xaneiro unha proposta que rebaixaba as condicións da súa anterior plataforma tras aceptar os traballadores que se levantara un día de paro como mostra de boa vontade para negociar; e segundo, que se propuxera conxelar os dereitos dos que tiveran unhas condición salarais superiores as que fixara o novo convenio». Doce admite que la CIG había suscrito el preacuerdo, pero matiza que, «dalgunha forma, o fixo obrigada pola patronal, que esixía que se interrompise a folga indefinida para seguir negociando». Sin embargo, y a pesar del conflicto, asegura que la central nacionalista «acudirá mañá a sentarse ca patronal á mesa de negociación que estaba prevista».
Algunos trabajadores consultados afirman que están «más unidos y convencidos que nunca para seguir en la pelea por unas condiciones laborales dignas».
Fuente: www.lavozdegalicia.es